De Cabo Rojo al mundo y de regreso — una historia de intención, acción y propósito.

Me fui de Cabo Rojo en el 96.
No fue impulso.
Fue supervivencia.
Sabía que si me quedaba… me iba a joder.
Corría caballos, motoras, carros.
Vivía rápido. Sin dirección.
Pero en el caos también hacía el bien.
Fui parte del grupo de rescate. Corrí triatlones.
Buscaba propósito, aunque no tenía mapa.
El problema no era el pueblo.
Era que yo no sabía qué carajo quería de verdad.
Hasta que un día lo supe:
Tenía que salirme del ciclo. Quemar el puente y moverme.
Viví, serví y aprendí en la Fuerza Aérea.
Allí entendí tres verdades simples:
Misión. Estructura. Disciplina.
Aprendí que nada cambia hasta que tú cambias.
Y que no hay progreso sin decisión.
Veinticinco años después comprendí algo más:
Puerto Rico no me faltaba.
Yo le hacía falta a Puerto Rico.
Regresamos en el 2021 con Noelia y los muchachos.
17 cajas.
Sin casa. Sin carro. Sin padrinos.
Pero con 3 cosas que todavía sostienen todo: Visión. Cojones. Disciplina diaria.
Hoy, 2025:
✅ Casa paga
✅ Carro pago
✅ Libertad real — no tengo que trabajar para sobrevivir
✅ Una familia estable que no depende del gobierno
No fue suerte.
Fue intención, enfoque y constancia.
Al regresar, pensé que lo que hacía falta era movimiento: más eventos, más visibilidad, más turismo.
Quería ayudar a que los negocios pequeños levantaran el pueblo sin depender del gobierno.
Solo organizándose, publicando y dejándose ver.
Pero descubrí rápido una verdad incómoda: la mayoría de los negocios no tienen plan.
Esperan que el cliente los salve.
Y cuando ven a otro tener éxito… lo copian.
Todos sonríen en la foto.
Pero en privado se clavan por likes.
La cooperación real es rara.
Y sin cooperación, no hay economía que aguante.
Me cansé de caerle bien.
Decidí mostrar lo que no se ve.
Las calles rotas.
Los negocios apagados.
Las oportunidades que nadie quiere asumir.
Encendí la luz.
Y cuando lo hice, muchos se taparon la cara.
Aquí hay gente brillante, pero malcriá.
No por falta de talento, sino por costumbre.
Se quejan porque es más fácil que cambiar.
Se entretienen para no pensar.
Repiten el mismo ciclo con orgullo.
Ese fue mi segundo despertar.
Dije: “Fuck them.”
Si no quieren mejorar, yo voy a mostrar lo que está malo hasta que se cansen de verlo.
Ningún auspicio podía silenciarme.
Ningún político podía comprarme.
Así que hablé.
Mostré.
Aguanté los golpes.
Y fue ahí cuando gané respeto.
No por caer bien.
Sino por decir la verdad.
Caborojo.com no es una página.
Es un espejo.
Un sistema que mide progreso y expone verdades.
Mostramos lo que no sirve.
Arreglamos lo que se puede.
Y ayudamos al que quiere mejorar.
Tú no eres tu pasado.
Ni tu apellido.
Ni tu familia.
Eres tu visión, tu trabajo y tu constancia.
Mostrar lo bonito no cambia nada.
Mostrar la verdad, sí.
Caborojo.com existe porque callarse nunca arregló nada.
Y mientras yo esté aquí, la vara va a seguir subiendo.
Lo que no sirve, se dice.
Lo que falta, se hace.
Así empezó Caborojo.com.
Así sigue.
De esa historia nació un método simple: Publica. Mide. Vende.
3 pasos. 10 minutos. Más clientes. Sin anuncios.
Porque no basta con tener talento.
Hay que tener sistema.
Publica para que te vean.
Mide para no adivinar.
Vende con claridad.
Funciona aquí, en Puerto Rico, porque habla el idioma que todos entienden: clientes entrando por la puerta.
Caborojo.com es más que contenido.
Es una cultura de responsabilidad.
Una manera de decir: Esto es lo que pasa, y así se arregla.
Mostramos el problema.
Proponemos la solución.
Y medimos si se arregló.
De ahí nacen proyectos como:
Pal Oeste, nuestra revista de orgullo regional.
Y Publica Mide Vende ™, el sistema que entrena negocios reales.
No se trata de política.
Se trata de progreso.
Caborojo.com no se detiene.
Hoy mide progreso.
Mañana lo enseña.
Y después lo exporta al resto del país.
Hecho en Cabo Rojo.
Útil para todos.
— Angel Anderson
👉 Descubre cómo convertir tus ideas en acción:
Conoce el Método Publica. Mide. Vende. →
Leave a Reply